En astrología, las casas angulares (1, 4, 7 y 10) son puntos clave de la carta natal. Se corresponden con los ejes de la personalidad: el yo (Casa 1), el hogar o raíces (Casa 4), la pareja y vínculos (Casa 7) y la imagen pública y fama (Casa 10). Cuando un planeta se ubica en una de estas casas, su energía se expresa con fuerza, visibilidad e impacto directo en la vida de la persona.
Hay diferencias entre que un planeta este en la casa 1 y que se encuentre a menos de 5 grados de la casa 1. Ya que el primero es un planeta en una casa angular, mientras que el segundo, es un planeta angular.
Un planeta angular actúa como protagonista: tiene mayor potencia, dinamismo y relevancia que si estuviera en una casa sucedente o cadente. Es como si ese planeta “tuviera escenario propio” y marcara rasgos dominantes en la personalidad o el destino.
Por ejemplo:
- Marte angular puede indicar una persona activa, confrontativa o emprendedora.
- Luna angular da reacciones emocionales visibles y fuerte conexión con lo familiar.
- Saturno angular se traduce en estructuras visibles, responsabilidad o exigencia.
Tener planetas en casas angulares hace que su función no pueda pasar desapercibida. Marcan zonas donde hay que actuar, crecer y ser conscientes, porque allí se juega una parte fundamental del desarrollo del yo.